La pesca artesanal en la Isla de Ons: una herencia viva de tradición y sustento

La pesca artesanal en la Isla de Ons: una herencia viva de tradición y sustento

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Un legado que se hunde en el tiempo

La Isla de Ons, situada en la entrada de la ría de Pontevedra y perteneciente al Parque Nacional Marítimo-Terrestre das Illas Atlánticas de Galicia, ha sido históricamente un enclave fundamental para el desarrollo de la pesca tradicional. Durante siglos, las comunidades isleñas han encontrado en el mar no solo un medio de subsistencia, sino también un elemento central de su identidad cultural, social y económica.

La relación entre los habitantes de Ons y el océano Atlántico se basa en una profunda comprensión del entorno natural, una transmisión oral de saberes prácticos y el respeto por los ciclos biológicos marinos. Esta conexión ha dado forma a una economía basada en prácticas sostenibles, herramientas artesanales y un conocimiento preciso de las especies, las mareas, los vientos y las estaciones.

Modalidades de pesca tradicional en la Isla de Ons

La actividad pesquera en Ons se ha caracterizado por el empleo de técnicas respetuosas con el medio marino, alejadas de los métodos industriales intensivos. Estas prácticas tienen como objetivo minimizar el impacto ambiental y garantizar la renovación de los recursos marinos, permitiendo la subsistencia intergeneracional de los pescadores locales.

Nasas y trampas

Una de las técnicas más empleadas en la isla es el uso de nasas, pequeñas trampas que se colocan en el fondo marino para capturar especies como nécoras, centollas, bogavantes o pulpos. Las nasas se fabrican con materiales naturales o sintéticos y se fondean mediante boyas que permiten su localización. Este sistema tiene la ventaja de ser altamente selectivo y poco agresivo, ya que permite la devolución al mar de ejemplares no deseados o de tamaño inferior al permitido.

Palangre de fondo

Otra técnica habitual en Ons es el palangre, una línea principal de la que cuelgan múltiples anzuelos cebados, utilizada especialmente para capturar peces como la merluza, el congro o el besugo. Esta modalidad se adapta a los fondos rocosos del entorno insular y permite una pesca a pequeña escala muy controlada.

Marisqueo a pie

En las zonas intermareales de la isla, el marisqueo a pie ha sido otra fuente vital de sustento. En épocas concretas del año, los mariscadores recolectaban berberechos, almejas y navajas en bancos arenosos, respetando los períodos de veda y extrayendo los ejemplares manualmente, sin maquinaria que alterara el hábitat.

Pesca con línea y caña

Aunque de menor impacto comercial, la pesca con caña desde tierra o desde pequeñas embarcaciones ha sido siempre una actividad cotidiana en la vida de los isleños. Esta práctica, además de proveer alimento para el autoconsumo, refuerza la conexión directa con el mar y transmite valores de respeto y paciencia a las nuevas generaciones.

Sustento económico y social para las familias isleñas

Durante buena parte del siglo XX, la pesca artesanal en la Isla de Ons representó el pilar principal de la economía local. Las capturas eran transportadas al puerto de Bueu o vendidas directamente a compradores que llegaban a la isla. Las mujeres desempeñaban un papel esencial en el procesamiento, limpieza y venta del pescado, además de encargarse de reparar redes y preparar cebos.

La vida en la isla giraba en torno a las mareas. Las familias dependían del estado del mar para programar sus salidas, y el calendario anual estaba marcado por la disponibilidad estacional de las especies. El trabajo se realizaba en comunidad, compartiendo embarcaciones, redes y conocimientos.

A pesar de las dificultades asociadas a la insularidad —como el acceso limitado a mercados o servicios básicos—, la pesca tradicional permitió a las comunidades de Ons mantenerse activas y autosuficientes durante décadas. Incluso hoy, en contextos de menor actividad económica, sigue siendo un símbolo de tradición y sustento para los descendientes de los antiguos pobladores.

Transmisión del conocimiento pesquero

El conocimiento vinculado a la pesca tradicional no se aprende en manuales, sino que se transmite de generación en generación mediante la práctica diaria, la observación y el relato oral. En la Isla de Ons, los más jóvenes aprendían desde la infancia a distinguir los tipos de redes, a leer el mar, a identificar los ciclos lunares y a conocer las épocas de veda.

Esta forma de aprendizaje empírico, profundamente arraigada en la cultura marinera gallega, ha permitido la conservación de técnicas milenarias y ha formado parte del patrimonio intangible de la isla. Hoy en día, estas enseñanzas siguen vivas en muchos de los antiguos habitantes de Ons, ahora asentados en la costa, que continúan transmitiendo su saber a hijos y nietos.

Protección legal y reconocimiento institucional

Con la declaración del Parque Nacional Marítimo-Terrestre das Illas Atlánticas en 2002, se inició un proceso de ordenación de los usos del territorio y las actividades marinas. En este contexto, la pesca artesanal ha sido reconocida como una actividad compatible con los objetivos de conservación del parque, siempre que se ajuste a criterios de sostenibilidad.

Existen zonas delimitadas para la pesca tradicional y el marisqueo, con normativas específicas que regulan el número de licencias, el tipo de artes permitidas, las épocas de extracción y el tamaño mínimo de las capturas. La vigilancia ambiental y la colaboración con las cofradías de pescadores han permitido mantener un equilibrio entre el aprovechamiento económico y la protección del ecosistema marino.

Además, se han puesto en marcha programas de valorización del patrimonio pesquero, que incluyen exposiciones, publicaciones, documentales y rutas interpretativas. Estas iniciativas no solo ayudan a conservar la memoria colectiva, sino que también generan oportunidades para el turismo cultural vinculado al mar.

Retos actuales de la pesca artesanal en Ons

A pesar del reconocimiento institucional, la pesca tradicional en la Isla de Ons enfrenta actualmente diversos retos. Entre ellos destaca el relevo generacional. La falta de jóvenes interesados en continuar con la actividad, junto con las dificultades logísticas derivadas de la insularidad, amenaza con romper la continuidad de esta forma de vida.

Otro problema es la competencia desleal con prácticas industriales o recreativas que, en ocasiones, incumplen las normativas del parque. También preocupa el impacto del cambio climático, que afecta la temperatura del agua, altera los ciclos reproductivos de muchas especies y genera fenómenos como la acidificación marina, con consecuencias imprevisibles.

A ello se suma la necesidad de adaptar las artes de pesca a nuevos materiales menos contaminantes y más eficientes, así como mejorar la formación técnica de los pescadores para afrontar la gestión sostenible del recurso y la diversificación económica.

Turismo responsable y visibilización del patrimonio pesquero

El auge del turismo sostenible en Ons representa una oportunidad para difundir y poner en valor el legado pesquero de la isla. A través de visitas guiadas, experiencias interpretativas, talleres de redes, exposiciones y narrativas orales, es posible transmitir al visitante el significado profundo de la tradición y sustento que representa la pesca artesanal.

Este tipo de turismo no solo educa y sensibiliza, sino que también ofrece ingresos alternativos a las familias ligadas históricamente a la pesca, permitiendo que esta tradición siga viva sin depender exclusivamente de la actividad extractiva.

El visitante puede comprender así que cada nécora, cada pulpo o cada sargo servido en una taberna del litoral gallego no es solo un manjar, sino el resultado de siglos de relación armónica entre el ser humano y el mar.

Una práctica con futuro si se cuida y protege

La pesca artesanal en la Isla de Ons sigue siendo, a día de hoy, un ejemplo de equilibrio entre aprovechamiento y conservación. Su valor no reside únicamente en las capturas, sino en el tejido social, el conocimiento tradicional y el respeto al entorno que la sustentan.

Proteger este legado es proteger la identidad de Ons, asegurar la continuidad de prácticas sostenibles y ofrecer un modelo alternativo a la explotación intensiva de los recursos marinos. Con políticas adecuadas, apoyo institucional, educación ambiental y compromiso colectivo, esta actividad puede seguir ofreciendo tradición y sustento durante muchas generaciones más.

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