Los Acantilados de Ons
La Isla de Ons, situada a la entrada de la Ría de Pontevedra, es uno de los tesoros del Parque Nacional Marítimo-Terrestre das Illas Atlánticas de Galicia. Este enclave combina playas vírgenes, senderos naturales y una cultura marinera única. Sin embargo, uno de sus mayores atractivos reside en sus imponentes acantilados, auténticas murallas de granito que se alzan sobre el Atlántico y ofrecen vistas espectaculares. A continuación desgranamos en detalle todo lo que necesitas saber para explorar los acantilados de la Isla de Ons, sus rutas, miradores y secretos naturales.
Panorama general de los acantilados de la Isla de Ons
Los acantilados de Ons se extienden principalmente por la vertiente occidental, donde la isla se enfrenta directamente al océano. Estas paredes rocosas alcanzan en algunos tramos más de 70 metros de altura y constituyen un hábitat ideal para aves marinas y flora costera resistente al viento y la salinidad. La fuerza del Atlántico ha esculpido cuevas, grietas y formaciones rocosas que convierten cada punto en un espectáculo natural diferente.
El Acantilado del Buraco do Inferno: mito y naturaleza
Uno de los rincones más emblemáticos de la isla es el Buraco do Inferno, una enorme cavidad natural abierta en el acantilado donde el mar entra con fuerza creando un estruendo impresionante. La leyenda local dice que aquí se escuchan los lamentos de las almas, pero en realidad se trata del eco del oleaje rompiendo en el interior de la cueva. Este punto es accesible por sendero y cuenta con un mirador seguro desde el que contemplar la magnitud del Atlántico.
Acceso y recomendaciones
El camino hasta el Buraco do Inferno forma parte de la Ruta Sur de la isla. Es recomendable llevar calzado cómodo y extremar la precaución en días de viento fuerte. El mirador está protegido con barandillas, pero conviene mantener siempre una distancia prudente.
Acantilados de la Punta do Centolo: el balcón del Atlántico
En el extremo sur de la Isla de Ons se encuentra la Punta do Centolo, un saliente rocoso que ofrece una de las vistas más amplias del mar abierto. Desde este punto se pueden ver delfines en días tranquilos y, en el horizonte, el perfil de las Islas Cíes y la costa de O Grove. Los acantilados aquí son especialmente abruptos y la sensación de estar al borde del océano es sobrecogedora.
Sendero hacia la Punta do Centolo
Para llegar a este mirador hay que recorrer parte de la Ruta Sur, que atraviesa paisajes de matorral atlántico y campos abiertos. Es una caminata de dificultad moderada, perfecta para quienes buscan un contacto directo con la naturaleza y alejarse de las zonas más concurridas de la isla.
Acantilados del Norte: Punta do Xuvenco y Punta Liñeiros
En la vertiente norte de la isla destacan los acantilados de Punta do Xuvenco y Punta Liñeiros, menos visitados pero igual de espectaculares. Estas zonas ofrecen un ambiente más salvaje y son ideales para la observación de aves marinas como cormoranes moñudos y gaviotas patiamarillas. Las corrientes marinas y los vientos del norte han modelado aquí un litoral de gran dramatismo, con grietas profundas y rocas cubiertas de líquenes.
Miradores naturales sin masificación
A diferencia de los puntos más famosos, estos acantilados carecen de miradores acondicionados, lo que refuerza su carácter natural. Se recomienda mantenerse siempre en los senderos señalizados y no acercarse al borde para evitar riesgos.
Formaciones geológicas y biodiversidad en los acantilados
Los acantilados de la Isla de Ons están formados principalmente por granito de dos micas, resistente a la erosión pero moldeado por siglos de oleaje atlántico. En las grietas prosperan plantas halófitas como el crucífero marítimo y diversas especies de líquenes. La combinación de roca y mar crea un hábitat ideal para aves marinas nidificantes, y con un poco de suerte pueden avistarse delfines y marsopas en las aguas circundantes.
Aves marinas en los acantilados de Ons
Entre las especies más comunes se encuentran la gaviota patiamarilla, el paíño europeo y el cernícalo vulgar. Durante la primavera y el verano las colonias están en plena actividad, convirtiendo los acantilados en un escenario vibrante de vida salvaje. Es fundamental observar a distancia y no invadir las zonas de cría.
Rutas de senderismo para descubrir los acantilados
La Isla de Ons cuenta con cuatro rutas señalizadas que permiten explorar sus acantilados de forma segura y ordenada. Entre las más recomendadas para disfrutar de las vistas al océano destacan:
- Ruta Sur: 6,2 km (ida y vuelta). Incluye el Buraco do Inferno y la Punta do Centolo, con los acantilados más famosos de la isla.
- Ruta Norte: 8,1 km (ida y vuelta). Atraviesa paisajes menos concurridos hasta llegar a Punta Liñeiros y Punta do Xuvenco.
- Ruta del Faro: 4 km (ida y vuelta). Conduce hasta el Faro de Ons, desde donde se divisan los acantilados occidentales y el perfil de la costa gallega.
Consejos para recorrer los senderos
- Llevar calzado adecuado para terrenos irregulares.
- Protegerse del sol y del viento con gorra, gafas y crema solar.
- Llevar agua suficiente, ya que en algunos tramos no hay servicios.
- Respetar siempre la señalización y las normas del Parque Nacional.
El Faro de Ons: vigía de los acantilados
En el punto más alto de la isla se alza el Faro de Ons, construido en el siglo XIX y modernizado a lo largo del tiempo. Desde su entorno se obtienen algunas de las vistas más completas de los acantilados, tanto hacia el norte como hacia el sur. Este faro sigue en funcionamiento y es un símbolo de la relación entre los habitantes de la isla y el mar.
Panorámica desde el faro
En días despejados se divisan las Islas Cíes, Sálvora y la costa de la ría, así como el infinito Atlántico batiendo los acantilados. Es un punto ideal para la fotografía y la observación de aves planeadoras que aprovechan las corrientes ascendentes.
Cómo llegar a la Isla de Ons para explorar sus acantilados
El acceso a la Isla de Ons está regulado y requiere autorización previa en temporada alta. Los barcos parten de los puertos de Bueu, Portonovo, Sanxenxo y Vigo, con travesías que duran entre 40 y 60 minutos según el punto de salida. Es recomendable reservar con antelación y llegar al puerto con tiempo para embarcar sin prisas.
Consejos prácticos para planificar la visita
- Solicitar la autorización online a la Xunta de Galicia.
- Consultar las condiciones meteorológicas antes de embarcar.
- Llevar prismáticos para disfrutar del avistamiento de aves y delfines.
- Respetar las normas del Parque Nacional y llevarse la basura de vuelta.
El valor paisajístico y ecológico de los acantilados de Ons
Los acantilados de la Isla de Ons no solo son un espectáculo visual, sino también un elemento clave para la biodiversidad del Parque Nacional. Actúan como barrera natural frente a las tormentas y proporcionan hábitat a numerosas especies de flora y fauna. Su conservación es esencial para mantener el equilibrio ecológico del archipiélago y garantizar que futuras generaciones puedan disfrutar de este patrimonio natural.
Fotografía y observación en los acantilados
Los acantilados de Ons son un escenario ideal para fotografía paisajística y de fauna. Las mejores horas para capturar imágenes impactantes son al amanecer y al atardecer, cuando la luz suaviza las texturas de la roca y el mar adquiere tonos dorados y plateados. Los visitantes pueden obtener imágenes únicas de aves en vuelo, olas rompiendo contra las paredes de granito y panorámicas del horizonte atlántico.
Recomendaciones finales para disfrutar de los acantilados de Ons
- Mantener siempre una distancia prudente de los bordes.
- No salirse de los senderos ni acceder a zonas restringidas.
- Llevar ropa adecuada para las condiciones cambiantes del clima atlántico.
- Aprovechar la visita para conocer también las playas, el pueblo de Ons y su gastronomía marinera.
Explorar los acantilados de la Isla de Ons es adentrarse en un paisaje donde la fuerza del Atlántico se une a la tranquilidad de un espacio protegido. Sus miradores, senderos y rincones menos conocidos ofrecen una experiencia completa para quienes buscan naturaleza, vistas espectaculares y contacto directo con la esencia del mar gallego.
